domingo, 13 de diciembre de 2009

EL PROBLEMA DEL MAL

La existencia del mal ha construido un fuerte problema: ¿Cuál es la escencia del mal? ¿Por qué se da el mal? ¿Cuál es la actitud correcta del ser humano frente al mal?

  • LA POSTURA DEL MANIQUEÍSMO FRENTE AL MAL.

El maniqueísmo es una postura que sostiene la existencia de dos principios opuestos, dos dioses, el dios del bien y el dios del mal.

En otros términos, el maniqueísmo consiste en atribuir consistencia positiva al mal, como si el bien y el mal fueran dos enemigos que luchan entre sí para apoderarse del mundo.

  • LA POSTURA DE LA FILOSOFÍA ARISTOTÉLICO TOMISTA

De acuerdo con la postura aristotética-tomista: El mal es la privación de un bien. Con este término se señala un hueco, es decir el lugar que deberá ocupar un bien que en ese momento no seda. Al no existir dicho bien, decimos que se da un mal, y se detecta como un faltante dentro de la esencia o lo que debe poseer un ente. Por ejemplo, una calificación escolar es mala por lo que no tiene, por lo que falta para el diez, no por lo que tiene, que es positivo y representa lo aprendido. Para hablar de un mal es necesario referirse, en primer lugar, a un ente que positivamente existe y en el cual se detecta un faltante. El mal en sí, a secas, no se da.

  • LA POSITIVIDAD DEL SER

Una de las principales enseñanzas de la metafísica tomista es la positividad, la bondad del ser. Ésta es la teoría de los trascendentes del ser. Todo cuanto existe, por el hecho de participar del ser, y en la medida en que participa de él, es positivo, es bueno. Si algo es malo de suyo, es que no existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no existe. Por tanto, lo que llamamos malo es tan solo una privación de un bien, es decir, lo que le falta a un ente bueno ´para ser plenamente bueno, Conforme a su esencia.

  • DIFERENTES ESCALAS PARA REFERIRSE AL MAL.

De acuerdo con las cuatro escalas que hemos detectado en nuestro tema axiólogo, podemos obtener algunas conclusiones ala acercanos al problema del mal.

La primera escala, la bipolaridad exclusiva, nos proporciona una visión del mal sumamente pesimista. El hombre con esta escala entra en angustia con mucha facilidad.

El sistema bipolar para designar y tratar el mal, como su nombre lo indica, consiste en utilizar un par de categorias para señalar(y colocar en un plano de cierta igualdad), tanto al ente real como su correspondiente opuesto.

Cada uno crea sus propios fantasmas y muere a mano de ellos. Generasión de angustia y terror.

  • LA POSTURA DE PIERRE TEILHARD DE CHARDIN.

Pierre Teilhard de Chardin nos proporciona un apista para comprender la existencia de las cosas y personas malas. Según este autor, el universo está en constante evolución y todo tiende hacia un estado de perfección que llama el Punto Omega. A partir de esto se infiere que, mientras estamos en la evolución, lo normal es encontrar muchos grados de imperfección y esto es precisamente lo que llamamos mal.

  • EL CONOCIMIENTO HOLÍSTICO FRENTE AL MAL

Además de las cuatro escalas que hemos explicado, podemos ahora detectar una quinta manera para referirce al bien y al mal. Esta postura es la del conocimiento holístico, la que prescinde de estructuras noéticas, aun cuando no sea informal total. Si precisamos de las estructuras noéticas del bien y del mal podemos establecer una tesis que no deja de ser extraña en el mundo occidental: las cosas simplemete son. El calificativo del bueno o malo es un añadido que hacemos en función de una comparación con un criterio dado. Los orientales sostienen esa idea por medio de un famoso aforismo: el bien y el mal son una enfermedad de la mente.

  • LA EXISTENCIA DEL MAL Y LA BONDAD DE DIOS

El punto de vista que se ha expuesto acerca del mal nos conduce a una feliz conclusión de orden teológico.

Dios es bueno, lo que existe es bueno. Este juicio que califica como bueno a todo lo que existe se realiza, por supuesto, en función de una comparación. El criterio utilizado es la misma naturaleza del ser. Todo lo que es, es. Por tanto, todo cumple con su naturaleza, y por eso es bueno. Esta es la bondad trascedental apuntada ya por la filosofía escolástica.

El mal en cuanto tal no existe. Y los objetos y las personas que manifiestan algún defecto, de todas maneras, poseen mucho más de lo que le falta. ¿Por qué, pues, esa insistencia es subrayar esos faltantes? La perspectiva que considera a la vida como un viaje es muy aplicable en este caso: el viajero puede constatar en cada momento las etapas que ya a conseguido. No sería muy sano de su parte viajar y lamentarse por las etapas aun no recorridas.

  • LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE FRENTE AL MAL

De la misma manera, la conducta deficiente de un individuo es una etapa intermedia mientras llega la meta de una libertad perfecta, o mejor dicho, de una liberación con respecto a las pautas de conducta que se han estancado en valores inferiores.

En el acto imoral, lo que principalmente cuenta es el horizonte axiológico y el grado de libetad del individuo. Sin embargo, existen todavía otros males que afligen a una persona y que le sobrevienen sin que podamos atribuir culpa alguna. El caso típico es la situación en la que nace. El niño que nace en un barrio miserable normalmente va a carecer de las oportunidades educativas que posee el niño que nace en un barrio oculento. Su grado de slaud conocimientos, educación, riqueza, capacidad laboral, desarrollo psiquico, etc., normalmente van a depender de circunstancias ajenas de su propia responsabilidad. Las carcterísticas deficientes se dan, pues, de un modo necesario, como una etapa evolutiva. Mientras el hombre no consiga la perfección esta condenado a sufrir el mal de la imperfección, con culpa o sin ella.

  • LA ACTITUD POSITIVA FRENTE AL MAL

Hegel explicó un concépto aplicable a nuestro tema: la conciencia infeliz. Según este autor, la humanidad en su evolución llega a esta etapa cuando capta cierto valores y realiza la comparación con los hechos que rodea. El resultado de dicha comparación es, por fuerza, un juicio deprimente: "que mal esta el mundo". Y es que, en efecto, cuando más claro aparce el horizonte de los valores más fácilmente surge el juicio negativo hacia la realidad circundante. El error no está en el juicio de evaluación, sino en la pretensión de que ese juicio no es completamente objetivo. En contraste, lo que proponemos es la idea de que "el ser es lo que es" Sin mayor calificación. El calificativo de bueno o d emalo está en nuestra mente. Cualquier situación podría considerarse como buena o como mala, según el criterio que se utiliza para emitir el juicio evaluatorio.

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